El desalojo de la expectativa se deja sentir de golpe.
Tu mirada estática en el horizonte deja de sentir completamente aquella euforia de la majestuosidad de lo que observas, la distancia y la profundidad que hay entre tú y lo que quieres ya no representa una inquietud. No hay miedo.
Sin embargo, existe un trecho que intercala.
No representa sustracción ni suma a lo que ya tienes o eres, es una bifurcación en medio de una escalera, si caes en él, volarás sin tener conocimiento de a qué parte del camino recorrido volverás. Expectativa y dificultad. Estado de desesperación silenciosa, una célula adormecida que no halla su par en el camino a la mitosis.
El último escalón y tu meta.
La pregunta usual al final del camino, respuesta que puede dirigirte al principio. Pero con mayor sabiduría. Crecer, dejar ir. Aprender del ciclo.