Sin uno en especial


Cuando la mañana nació de noche,

una mañana oscura de derroches y pasiones

inútiles, desprendieron de mi ser

la conciencia más violenta e indeseable,

la marca del poeta que se abre,

la del poeta hundido lejos de las relaciones

lejos de los vínculos que se reparten.

Solidarios almacenes de lluvias

que no saben cuál es el monto.

Del niño, que a las miradas se esconde,

que mama de sus padres,

que extrae de su tierra

y se siente que sabe

y se regodea.

Mundo de impostores,

de falsos fundadores.

Ya no hay sembradores y la cosecha se acaba.

Moriremos de sed entre

las alucinaciones de nuestra sábana.

Mañana con faz de noche,

me robaste con tu desfile de fantoches

la ilusión de la esperanza.

Me quedo ahora con la lucha incauta

con la valentía de la ignorancia.

La violencia sorda del silencio trama

el escape, la fuga, la furia que se desata.

No es frustración hecha palabras,

ni la presente negación,

negociación de justificantes

Es el mundo por el que camino

Conciente de que pago por el agua y la tierra,

el trabajo y la siembra.

Poco reditúa tanto trabajo.

En poco… ¡qué digo poco! ¡mínima cosecha!

Mientras otros se hacen ricos recuadando

a través de la ignorancia y la insolencia…

¡Ya caerán de nuevo, caídos, caerán de nuevo!

Nadie que escribir


No tengo nadie que escribir, sin embargo sucede que tal vez una gota de lluvia, un algoritmo inconcluso, un animal feroz en plena oscuridad, alguna melodía a medianoche seduzcan cientos de palabras, cientos de lenguajes. Quizás otra gota y ninguna copa, otro abismo y otra cuerda para aquel suicida de palabras. Qué mejor desdén que la ausencia, qué mejor caricia que el pecado. La muerte de los grises. Decir nadie y ausentarse para elegir un pasado. ¿Qué reloj de arena somos: el segundo previo a la muerte o la sensación alegre del orgasmo? Escribo y escribo, y no tengo a nadie, no comprendo el lenguaje cotidiano y no comprendo los buenos. También he de olvidarte, recogeré algunas sílabas y jugaré contigo, recordando que fuimos odio alguna vez, que dejo de escribirte para comenzar a susurrar algunas palabras en tu oído, por favor muerte, no escuches esto, no intentes comprenderme. Si te hablo es porque sueño, si te escribo es porque nadie. Eres única y distante. Creo haber descubierto la forma correcta para escribir, fingir que no obviamos la verdad.

Cambalache non grato


Se fue lo imposible cuando
mis manos entre tus dedos
se decían cosas, murmurando
se hizo como halo un hado;
y tú y tus innumerables alas
volando entre cielos de vagas
realidades que se difuminan,
que se despiertan, iluminan,
juegan, desaparecen, se dimensionan
entre los huecos de los cristales,
entre los sueños rotos, sueños de antes.
Kasandra avisó, lo vio, lo soñó
que el caballo traía militantes
que el destierro era fuerza del sobreviviente.

Y en ese destierro cavo cada día
más hondo para enterrarte: hombre,
historia, memoria, te entierro
por darle al tiempo ahora
lo que ha sido siempre de la vida…

Poeta errante


Y el poeta continúa
portando la voz, el alma;
la palabra afilada como cuchillo
entre sus versos sin mañanas.

Una nube, un sol de lluvia,
andares de tiempos intercambiables,
espacios que se transforman,
interminables…

Dibuja el poeta el juego,
con las palabras estrellas
profetizó la treta, el silencio
del poeta…

Levanta su cara derruida
mira lejos los senderos,
los días, el poeta continúa
portando los secretos del alma…

Llorar como una magdalena y otras cosas de niñas pequeñas


Llorar como una magdalena y otras cosas de niñas pequeñas

Lloré como una magdalena;
me enjugué las lágrimas con la mano
y se llenaron de pigmento.
descubrí que por cada poro salía color
y que hasta mi sudor
eran buenas ideas.

Para más manchas de acuarela y pastel, entra aquí: https://www.facebook.com/ilustratrizlachicaimperdible

Génesis


Saludos y abrazos a toda la comunidad de Saltoalreverso

edwincolonpagan

Cuando te pienso,
olfateo tus células
alborotadas,
ebrias,
inconscientes,
puedo saborear
el núcleo encapuchado,
que se esconde
temeroso
ante mis
cascadas de besos,
te asustan
las cosquillas
de mi agitada lengua,
te enloquece
de un plumazo
el chorro de letras,
deseo ver todas
las moléculas
de tu imaginación,
cada átomo excitado
de tu psiquis…
y juntos,
tú, mi princesa,
yo, tu creador,
desvanecernos
de placer
en los silencios
de la inspiración
hacernos parte
del vacío,
y ser la base,
la razón
del principio…
por que sin ti,
mi amor,
soy la nada.

Este poema se publicó originalmente para la revista de Salto al reverso, volumen # 2. Los invito a todos a disfrutar de una excelente revista llena de arte, creatividad y originalidad. Los autores son unos artistas de primera. Aquí el link de la revista:

Genesis

    http://issuu.com/saltoalreverso/docs/revista_2_salto_al_reverso_mayo-jun

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Agua y palabra


He pedido a los autores que enviaron obras con el tema ‘El proceso de creación’ de la revista #2, que compartan sus obras en el blog, para que podamos comentarlas y darles más difusión. Siguiendo esto, les dejo un poema sobre mi propio proceso de creación, dedicado a ustedes, compañeros, que me han dado tanto, tanto, tanto. ¡Gracias!

Antes era una lanza,
arrojada contra mí,
y me atravesaba.

Es decir, el dolor
es decir, sorpresa llana.
Y de allí nacía ella,
mi palabra.

Una explosión interna,
agua turbia rebasada
en el pozo de mi alma.

Y el agua siempre escapaba.

Tinta, pluma y libretas,
todas nosotras empapadas.

Aún ahora es el agua
la materia de mi palabra.

Pero algo ha cambiado.

Ahora estoy
en un prado bajo el sol,
seca, cálida, calmada.

Sé que si viene la lanza
podré escucharla
aun con los ojos cerrados,
bajo la luz anaranjada.

Pero ella no viene,
ni viene el agua rebasada.

Nadie viene y sólo escucho
el viento que recorre el pasto.

Entonces, el sonido amado
de un río inunda el claro.

Y yo guardo silencio,
y me embeleso
y me abstraigo.

El agua fluye hacia mí,
clara,
buscando mi cuerpo.

Viene y me cubre toda,
me llena por dentro,
pero no desborda.

Sólo empuja lento
mi lengua
desde la garganta.

Sólo impulsa despacio
mi mano hacia la hoja blanca.
Y mis dedos flotan.

Sólo acerca
mi ser hacia la palabra,
mi alma hacia otras almas.

Abro los ojos y miro el prado,
y veo la lanza clavada
sobre el pasto.

Y además, en lo cercano,
veo que alguien pinta y que alguien canta,
que alguien sueña y que relata,
que alguien escribe y se arrebata.

Y alrededor de mí, todos crean
y el río inunda nuestro prado.
Y el río inunda nuestras almas.

(Y les dejo el link hacia mi primer post en Salto: https://saltoalreverso.com/2012/03/19/inicio/ —Los quiero a todos, muchachos).