Nombrar cada punto
en un extremo y otro.
Palpar con las yemas de los dedos
y multiplicar los pasos dados.
Sumar su fuerza y empuje,
surcar el viento
y restar todo movimiento contrario.
Suponer el salto y que el valor resultante
será real cuando las rectas sean coincidentes, secantes o infinitamente paralelas.
Determinar una posición relativa,
a sabiendas de que los números cambian y sus coordenadas geográficas
dependerán de dos números.
Y tú, quien suma.
Y tu palma la que mide.