Escribe en un minuto un poema que diga: que calle, que lata en trece palabras; que caiga como pétalos de cerezo, que produzca hormigueo, que flor de tilo y mares en furia y semillas creciendo. Escribe con sutura de doctor palabras que nunca se besarían; que no sabes decir, que solo rozas como brisa y aran su olor en la memoria, y que te hagan sentir que tienes alma. Escribe por ejemplo: He salvado un gorrión en un garaje. Cuando lo cogí me acordé de ti. Regué árboles en verano. Lo demás no importa.