
Inventé una nación entera,
en la frontera de mi corazón y de mi alma,
con sus montañas, edificios y sellos postales.
Un lugar en el que las sombras no existen
porque nos reflejamos gatos.
Donde besamos tu mano
todos los hombres y sus reflejos-gato,
para rendirte culto,
para obsequiarte flores.
Una nación para tu principado,
donde por siempre seamos gatos,
donde por siempre seas (mi) princesa.
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