VIII Encuentro de Poesía, Música y Plástica de Puente Genil


Nota del editor: A continuación, compartimos la reseña del VIII Encuentro de Poesía, Música y Plástica de Puente Genil, en Córdoba, España, por una de las autoras del blog Salto al reverso, Gema Albornoz. Agradecemos su colaboración.

Jazz, Rock & Poesía. Ellas saltaron al escenario. La poesía, la música y las artes plásticas, ellas. Ellas, las diosas desnudas. «El principio formal o remolino incesante de un cuerpo en otro cuerpo». Ellas nos acompañaron en un Aventurado juego de la danza durante el VIII Encuentro de Poesía, Música y Plástica de Puente Genil, en Córdoba, España, celebrado desde el 14 al 31 de octubre de 2021, cuyo ritmo y cadencia se acompasaban con un latido de latidos. El corazón bombeó abriendo puertas y el espacio se tornó una nueva creación. Presentaciones de libros, teatro, música y exposiciones, un tándem que fue único e irrepetible. Unos días en los que el arte, la música y la poesía son una raíz del mismo árbol.

Una mezcla a la que la Asociación Cultural Poética y su motor, Antonio Roa, nos tienen acostumbrados. Un encuentro donde no colisionan las estrellas, sino que transitoriamente se entrelazaban unas estelas con otras. Porque todo lo que importa está en el aire. En un lugar privilegiado y acomodado por el Ayuntamiento de Puente Genil y donde la Fundación Juan Rejano siempre ofrece cobijo.

Cartel del encuentro. Autoría de Víctor Almeda y cuya tipografía es de Miriam Gálvez y José Antonio García.

Han pasado unos meses. Apenas hace unos días he leído acerca de Wolfgang Wiltscho y quienes apuntaron que «las aves migratorias parecían usar el campo magnético terrestre para orientarse» y me he planteado la posibilidad. Con cielos nublados, de noche o de día, los petirrojos se orientan en todo cielo. Pudiera ser que los criptocomos de la retina tuvieran algo que ver. Con cielos nublados, de noche o de día, esta cita en el calendario se ha ido celebrando de un año a otro y avistando el próximo encuentro. Como quienes lo conocen saben, ya que está gestándose en la cabeza de Roa.

El encuentro y sus actividades han tenido unos años con más interés de los medios y otros con menos. Unos años con más afluencia de público y otros con menos. Unos años con unos artistas y otros con otros. Aunque siempre se ha mantenido la esencia de aquella pequeña reunión que nació en una plaza abierta mientras unos y otras compartían lo que tenían. Esas habilidades que poseían y sacaban en el escenario o en el aire.

Este año, el texto de presentación de Víctor Almeda, junto con los carteles diseñados para el VIII Encuentro y el III Premio Internacional de Poesía Juan Rejano, introducían los primeros pasos con autoría de Víctor Almeda y cuya tipografía es de Miriam Gálvez y José Antonio García. Por una parte, el del VIII Encuentro es «una alegoría que intenta unificar lo que puede ser Jazz, Rock con Poesía». En ese juego donde se danzan las diosas, también se intuye la música, Almeda señaló que «no hace falta decir que es un homenaje a la mujer».

La concejala de Cultura, Eva Torres, manifestaba que dicho evento era una de las citas para la poesía más importantes de Puente Genil.

Comenzó el día 14 de octubre con la lectura-diálogo entre Cecilia Quílez y José Luis Torrego. ¿Cómo hablan los libros entre sí? Este pudo ser un ejemplo vívido de ello, con sus autores como voz narrativa.

El día 27 de octubre, Javier Lostalé se acercaba a los estudiantes del IES Manuel Reina con Quien lee vive más.

No fue hasta el 29 de octubre que los actos se multiplicaron. En su inicio, tuvo lugar la inauguración de la sala de Ricardo Molina. La sala cuenta con una colección catalogada y una escogida selección de su biblioteca personal, con unos 3,397 libros, con más de 2,500 libros expuestos. Entre sus lecturas, filosofía, poesía, historia y cultura general. En particular, con una colección completa de Adonáis, de las revistas Caracola y Ciclón, todo donado por su sobrino nieto Antonio Sánchez Molina y familiares.

Momento de la inauguración de la Sala Ricardo Molina.

Ese mismo día, se inauguró la exposición de Ginés Liébana: Creatividad centenaria de Ginés Liébana con 25 obras de su participación en Cántico hasta el 3 de diciembre y custodiada por la Asociación Cultural Poética y en coordinación con el Ayuntamiento de Puente Genil y la Fundación Juan Rejano. Finalmente, las 25 obras han sido donadas por el autor, para que puedan ser expuestas en la sala de Ricardo Molina. Antonio Lara, comisario de Cultura de Villa del Río, ya comentaba que «trabajamos conjuntamente por y para la cultura con estas dos grandes figuras del Grupo Cántico como son Ginés Liébana y Ricardo Molina». Eva Torres manifestaba que «enriquecerán el patrimonio cultural de Puente Genil». Antonio Roa agradecía a Ginés su colaboración por la cesión de la exposición. Ha sido una llamada al pueblo de Puente Genil para darle visibilidad y reconocimiento a su obra. El pueblo ha acudido día tras día desde las 10 hasta las 8 y media de la noche, han participado de los centros escolares y el alumnado de bachillerato de artes donde destacaban las conversaciones telefónicas del alumnado con Ginés Liébana, realizando en vivo algunos de los trabajos que ha mandado el profesorado.

Tras la inauguración de la exposición con autoridades y familia de Ricardo Molina.

Posteriormente, tuvo lugar Elegías, una dramatización dirigida por Sigfrid Monleón, con actuación de Mateo Franco, iluminación de Pilar Velasco y música de Antonio Preto. Una espléndida representación de Elegías de Sandua de Ricardo Molina.

Elegía con Mateo Franco y Antonio Preto.

Durante el sábado día 30 de octubre, por la mañana, en la Biblioteca Ricardo Molina continuaba el evento. «Ellas, las diosas desnudas, son el principio formal o remolino incesante de un cuerpo en otro cuerpo», como narraba Víctor Almeda en ese Aventurado juego de la danza.

Cantar fue un incendiarse hasta la rosa,
ceniza desmandada
sin porqué
.

Juan de Beatriz, Cantar qué (Pre-Textos)

Escribo
sobre los bosques de Polonia que nunca visitaré.
Sobre el dolor flotando en sus nidos, sobre el deseo
de una huida imposible. Sin escalas, avanzando
como un vagón sin máquina
por los últimos bosques de Polonia.

Antonio Luis Ginés. Antonov (Bartleby)

Fue así que se dispusieron a entonar su melodía Antonio Luis Ginés y Juan de Beatriz, durante la presentación de sus poemarios Cantar qué y Antonov, en compañía de los codirectores de El Coloquio de los Perros, Ángel Manuel Gómez y Juan de Dios García.

A las 7 de la tarde se abría una puerta que nos acercaba al movimiento de mujeres escritoras de la Generación Beat con Female Beatness. Primero, con una presentación de A. Robert Lee y posteriormente, con un perfomance de la presentación del libro Female Beatness de Natalia Carbajosa e Isabel Castelao. Joyce Johson, Hettie Jones, Joanne Kyger, Leonore Kandel, Janine Pommy Vega, Elise Cowen, Diane di Prima, Ruth Weiss, Denise Levertov o Anne Waldman. Una catarsis creativa con versos de las autoras Beat personificadas por Natalia Carbajosa y yo misma, y mágicamente acompañadas del cuarteto Crash4Jazz, que embriagaba musicalmente el ambiente para llevarnos a esa época.

Thank you for the cool stream of air

Elise Cowen

I am a woman and my poems are

woman’s: easy to say this.

Diane di Prima

It does not hurt

and it does not not hurt

for pain can only come with joy

Ruth Weiss

And what I heard was my whole self

saying and singing what it knew:

I can 

Denise Levertov

Sobre las 20:15 comenzó el homenaje a Francisco Cuenca Domínguez, conducido por Juan Ortega, con una sentida visualización de una entrevista realizada por su hija y un concierto dirigido por su hijo, José Manuel Cuenca. Y con la entrega de la placa homenaje y la púa de oro, la bandurria de plata entregada por Esteban Morales.

Francisco Cuenca Domínguez, artistas y familiares.

Por un lado, con la bailarina Almudena Roca y, por otro lado, con el cantaor Julián Estrada, el guitarrista Mariano Delgado Cuenca, Mónica Jaén y las bailaoras pontanesas Carmela Cortés, Herminia Domínguez, Inés Rodríguez e Inma Carmona.

El domingo 31 tuvo lugar la presentación de mi poemario Cielo de hojalata (Versátiles Editorial, 2021) del que Natalia Carbajosa realizó un magnífico desentramado. Además, Gema Estudillo y Uberto Stabile hicieron un recorrido por los trabajos de Editorial Garvm y Las hojas del Baobab. Con el último número del año con la poesía de Natalia Carbajosa como protagonistas.

Uberto Stabile y Natalia Carbajosa.

Finalmente, a partir de las siete comenzaría lo que sería la Entrega del III Premio Internacional Juan Rejano de Puente Genil conducido por Guillermo Busutil. Un premio que en esta edición recayó en Animales de costumbres, de la argentina Andrea López Kosak, editado por Pre-Textos.

Conexión en directo con Andrea López Kosak.

El libro lo leyeron las poetas Milena Rodríguez, Bernardita Maldonado, Isabel Pérez Montalbán. Por otra parte, Manuel Borrás, Diego Sánchez Aguilar y Juan de Dios García subieron al escenario a intercambiar opiniones y sensaciones de Animales de costumbres.

Poco después, Busutil daba paso al homenaje a Jesús Arias, en Un jardín contra tu nombre, durante el cual Ángel Manuel Gómez, Diego Sánchez Aguilar, Juan de Dios y Antonio Roa leerían un par de poemas cada uno de su libro póstumo.

María Hames.

Esa misma noche, la luna bajó al escenario y en ella se balanceaba María Hames, mientas sonaba el fagot del Niño Rubén, la viola de Raquel Romero, mientras Rafaela Hames recitaba versos. El concierto final, con la adaptación de algunos poemas de Gloria Fuertes, con la dulce e íntima actuación de Lorena Álvarez y el pianista David Montañés.

Foto de despedida.

Es importante señalar que durante todo el evento se contó con la colaboración de empresas locales como Codimar, Deckoro-Porgesa, Aceites El Canal, Bodegas Delgado y Membrillo La Góndola. Y, cómo no, con el impulso de la Asociación Cultural Poética y el apoyo incesable del Ayuntamiento de Puente Genil y la Fundación Juan Rejano.

Reseña de la presentación del libro «Cielo de hojalata», de Gema Albornoz


Con Natalia Carbajosa. Fotos: Marcos Rodríguez

Nota del editor: Compartimos la reseña de la presentación del libro «Cielo de hojalata», de Gema Albornoz por Natalia Carbajosa, en Puente Genil, España.

Las dos primeras presentaciones las hice en dos de los pueblos que más me han visto pasear, Aguilar, mi pueblo y Puente Genil, el pueblo que me ha adoptado en sus encuentros poéticos, con la Asociación Cultural Poética y Antonio Roa, a la cabeza. Allí, Natalia Carbajosa, quien ya había escrito en el epílogo del libro, me presentó entre los asistentes, amigos y compañeros del VIII Encuentro. Durante los días previos, Natalia y yo conversamos varias veces, profundizamos en algunas cuestiones y en mi propia historia personal. Cuando llegó el momento de la presentación, no hizo falta escuchar mucho para emocionarme.

A medida que iba pasando, la emoción subía a mi garganta. Quería hablar del número de cuidadoras en la provincia, de las cifras que me había facilitado Teresa Luque de ADL, de la visibilidad de la depencia, de los cuidados , de la referencia de un libro que descubrí gracias a la escritora y veterinaria cordobesa, María Sánchez, «Tiempos de cuidados» de Victoria Camps. Tantas y tantas personas con las que me cruzo por la calle que son dependientes acompañados, tantas personas que van a cuidar. Como si dibujasen un recorrido en el suelo, durante esa mañana, se me agolparon a quienes veo, por las calles y se me rompió la voz en más de una ocasión. Tras esa presentación, realicé la lectura de algunos poemas y Antonio Roa, compartió uno de ellos. Fue conmovedor cómo cuando se acercaban a que les firmara el ejemplar, cada uno me contaba sus experiencias, como Javier o Bernardita Maldonado. Mil gracias.

————————–

Para muchos de vosotros, Gema Albornoz no necesita presentación. Sabéis que es poeta, periodista y profesora, y filóloga, inglesa de formación. También sabéis que ha sido durante mucho tiempo, con carnet que lo acredita cuidadora de su madre enferma, hoy, ya fallecida. Así lo confirma el siguiente poema de su libro Cielo de hojalata:

+CUIDADO

He recordado quién era:

un número en una tarjeta morada.

Al lado de mi nombre

se escribe «CUIDADORA».

Como una escama insípida

circula la palabra

por mi garganta.

Tu cama vacía.

Nadie mira las gotas.

Si bien esta condición que la realidad supuso a su día a día, durante 10 años, conforma el contenido del poemario de Cielo de hojalata, esto es, el acompañamiento activo por las fases de la enfermedad y la muerte, ello no justifica por sí mismo la valía del libro. La poesía, como cualquier manifestación artística, tiene que poder defenderse sola, con independencia de los motivos, emociones y reflexiones que la alumbraron.

Pero a la vez, y ahí reside su irresoluble contradicción, la poesía está en la vida, es una “fe de vida”, más fidedigna que cualquier documento oficial firmado ante un notario, incluso cuando miente (tal como nos enseña Pessoa cuando nos advierte: “El poeta es un fingidor” ).

Cuando perdemos a un ser querido, y más tras tanto años de acompañamiento en la enfermedad, de lucha y de renuncia, pasamos de uno de los actos humanos que mejor nos define como especie (el cuidado de los otros) a un vacío que, en realidad, supone una puerta hacia el cuidado de sí. Desde este umbral introspectivo se puede escribir, como desahogo, un diario, por ejemplo. Pero el poeta toma esas palabras de duelo y, con la contención de la técnica lingüística y la imaginación (No estoy seguro de nada, salvo de lo sagrado de los afectos del corazón y la verdad de la imaginación, en palabras de Keats), habita de pronto un lugar desde el que mirar al dolor con otros ojos: Gema Albornoz nos ha dibujado, incluso, el mapa imaginario que conduce a esa nueva perspectiva, como no podía ser de otra manera, desde lo alto, desde un cielo singular y personalísimo: (poema pg. 19).  

Así pues, en Cielo de hojalata, la elegía suena a ritmo de juego, de inversión de roles entre madre e hija, de ese estadio en que las madres cuiden de sus hijos cuando estos son pequeños y vulnerables. Gema Albornoz rescata el tono, el léxico, y con ellos, la sensación de un mundo eterno o más bien atemporal, un refugio de palabras a salvo de lo inevitable, aún cuando, valga la paradoja, la inevitabilidad no se escatima en ningún momento relatada en toda su crudeza:

MUCUS

Romperá la tormenta.

El mucus taponará tu garganta,

provocando el efecto mariposa.

Una pared se despega,

se amplifica el ruido

de la ruina

y la superficie quedará

 desolada caóticamente

 por un doble péndulo.

Se balancea en un columpio

gobernado por la libertad de causa.

El esputo se despega y

se expulsa. Es recibido entre

algodones, en la buena fe de un

pañuelo y su mano.

Un río fluye por tu garganta,

arrastra los sedimentos que obstaculizan

la tarde de hoy.

En este presente extraño, como entre paréntesis, en el que las palabras conjuran la acechanza de la muerte, destacan en muchos poemas, así como en la dedicatoria, la imagen de las manos y su autonomía. Por el ejemplo en el poema Pinzas de cangrejo. «Tus manos aún sujetan/ el pan».

La importancia de las manos cuando todavía son capaces de realizar actos reconocibles (sujetar el pan), me hace pensar indefectiblemente en la novela La caverna de José Saramago. En ella, otra serie de gestos normalmente cotidianos (en este caso, los de un alfarero), son así descritos:

«Lo que los dedos siempre han hecho mejor es precisamente revelar lo oculto (…) Para que el cerebro de la cabeza supiese que los dedos la tocaran, sintiesen su aspereza, el peso, la densidad, fue necesario que se hiriesen en ella (…) El cerebro se pierde perplejo (…) cuando intenta formar palabras que puedan servir de rótulos o dísticos explicativos de algo que toca lo inefable, de algo que roza lo indecible (…) que las manos y los dedos van creando y que probablemente nunca llegará a recibir su justo nombre”.

Saramago alude a una materialidad, a la vez, real y trascendida que, efectivamente, aflora en esta poesía de cuidado de G. A, entre jabones, cucharas, cremas, habitaciones, espacios urbanos insólitos y el olvido en la punta del ovillo que devanan las propias manos de su madre, Parca y sujeto del destino a la vez. Este es el material del que está hechas las personas de Cielo de hojalata.

Antes de dar paso a la poeta, quiera dedicarle aquí, públicamente, un poema de Ana Blandiana (esta escritora también pasó por esta pérdida hace unos años) que resume desde la poesía, por supuesto, esa inversión de roles madre-hija de la que hablaba anteriormente y que Gema conoce desde dentro como ha demostrado al escribir este hermoso libro lleno de sensibilidad:

DEBERÍAMOS

Deberíamos nacer ancianos,

Llegar sabios al mundo,

Capaces de decidir nuestro destino

Y de conocer los caminos que nacen del cruce original,

Y que fuera irresponsable solo el anhelo de caminar.

Después, deberíamos ser más y más jóvenes para llegar

Maduros y fuertes ante la puerta de la creación,

Cruzarla y entrar adolescentes al amor.

Deberíamos ser niños cuando nazcan nuestros hijos,

Para entonces serían más ancianos que nosotros,

Nos enseñarían a hablar, nos acunarían para dormirnos,

Y nosotros nos encogeríamos hasta desaparecer

Como una uva, un guisante, un grano de trigo.

(“Primera persona del plural”, Editorial Visor.)

De ese grano de trigo, Gema has amansado tú este libro que hoy es tu madre.

Natalia Carbajosa.

31 octubre 2021/ Biblioteca Ricardo Molina Puente Genil

                                                                                              VIII Encuentro de Poesía, Música y Plástica organizado por el Ayuntamiento de Puente Genil, Asociación Cultural Poética y Fundación Juan Rejano.

Emociones encadenadas

Con Natalia Carbajosa. Fotos: Marcos Rodríguez

Las dos primeras presentaciones las hice en dos de los pueblos que más me han visto pasear, Aguilar, mi pueblo y Puente Genil, el pueblo que me ha adoptado en sus encuentros poéticos, con la Asociación Cultural Poética y Antonio Roa, a la cabeza. Allí, Natalia Carbajosa, quien ya había escrito en el epílogo del libro, me presentó entre los asistentes, amigos y compañeros del VIII Encuentro. Durante los días previos, Natalia y yo conversamos varias veces, profundizamos en algunas cuestiones y en mi propia historia personal. Cuando llegó el momento de la presentación, no hizo falta escuchar mucho para emocionarme.

A medida que iba pasando, la emoción subía a mi garganta. Quería hablar del número de cuidadoras en la provincia, de las cifras que me había facilitado Teresa Luque de ADL, de la visibilidad de la depencia, de los cuidados , de la…

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Entrevista a Elvira Martos por Gema Albornoz


Compartimos esta entrada en la que Gema Albornoz hace una entrevista a nuestra autora destacada del cuatrimestre: Elvira Martos.

Emociones encadenadas

Elvira Martos es artista plástica e ilustradora. Además, forma parte de Salto al reverso, blog, editorial y comunidad poético-artística de hispanohablantes de múltiples países. Allí ha sido nombrada Autora destacada. Un proceso durante el que sus obras obtienen una atención preferente ante los visitantes del blog. E incluso nos presenta un vídeo sobre una de sus obras.

Elvira Martos. ©Elvira Martos.

Elvira Martos. ©Elvira Martos.

Elvira Martos se interesa, a través de su obra y su carrera, por la belleza más genuina y rutinaria. Una belleza que puede encontrarse en cualquier parte. Sus protagonistas siempre se destacan por ser gentes en escenas de la vida diaria. Protagonistas con los que nos podríamos confundir en cualquier momento. De esta forma, destaca mediante la fluidez de sus pinceladas cómo la belleza se esconde en los colores y composiciones en las calles, autobuses, en una habitación cualquiera. O cómo esos…

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Edad azul


Bruna


Bruna comienza el día contándose no sé cuántas mentiras. Algunas se las cree y a otras les hace oídos sordos.

—Hace buen tiempo. Está soleado y corre un poco de brisa. Seguro que viene directamente del mar —se dice—, porque es fresca y humedece mis mejillas —relata tocando sus dos carrillos rosados.

Tiene la belleza precisa, la que invita a mirar un poco más y saborear durante otro par de minutos.

—Mi mente está casi en blanco, no puedo dejar un único pensamiento en mi masa blanca, sin que resbale por ella.

Tira a canasta las dificultades y se ríe cuando se quedan rodeando el aro, infinitas veces. Y se felicita por ello.

Hasta cuatro veces se levanta del sillón.

—Si en algún momento me llega la relajación, me incorporo agresivamente. Si lo hago soplando, expiro suspiros hasta llenarme de polvo. Serán los residuos del aire quienes completen la nada ruidosa acumulada sobre los muebles, con intención de protegerlos y darme abrigo —asegura con la firmeza que acostumbra.

Se toca la nariz, los ojos y la boca, haciendo un recuento de las partes de su cara, aprendiéndolas.

—Como alguna vez hice de bebé. Aunque, ahora, intente estrujar pesos y daños hasta escurrirlos goteando por mi barbilla —narra orgullosa.

Recorre las calles flotando. Un fantasma más que no toca el suelo. Estira cualquier línea horizontal y la hace tierra firme por la que caminar. Captura pizcas de cielo y las añade como granos a la senda que la invita. Elige cuántos cuerpos debe unir para derribar cualquier muralla, en lugar de levantarla.

Bruna termina el día como comienza, pero el sueño acude a ella tres minutos después de tumbarse bocarriba.

El reencuentro con Ricardo Molina (Reseña por Gema Albornoz)


Nota del editor: Gema Albornoz, autora de Salto al reverso, comparte en este espacio su experiencia como asistente y entrevistadora en el V ENCUENTRO DE POESÍA, MÚSICA Y PLÁSTICA, en Puente Genil, Córdoba, España, en el que se rindió homenaje al poeta Ricardo Molina. 

«El arte es una pausa, un encuentro de sensibilidades», afirmaba el escritor mexicano Doménico Cieri Estrada. Coincidir en el tiempo, y en el espacio, para ser testigo de ellas es tener la posibilidad de ampliar el mundo, el que nos rodea y el que se inicia en nosotros mismos. Durante los días 31 de mayo, 1, 2 y 3 de junio tuvo lugar una interrupción espaciotemporal en Puente Genil, Córdoba, España. Allí se marcó un paréntesis en el homenaje al poeta pontanés, Ricardo Molina, uno de los promotores de Cántico, el grupo poético cordobés en la posguerra española. La convergencia de artistas, flamencos, cineastas, de exposiciones biográficas y fotográficas, de investigadores y sobre todo, poetas y amigos, haciéndose eco en un nombre: Ricardo Molina. (Fig. 1)

Fig. 1: Cartel del V ENCUENTRO en Puente Genil, Córdoba. Diseñado por Adriana Manuela Ruiz Gómez.

 

Antonio Sánchez Molina (Fig. 2) cedió todo un conjunto de objetos personales de su tío abuelo, Ricardo Molina, entre lo que pudimos deleitarnos con el legado epistolario del autor, plumas, tinteros y su colección de revistas Cántico. Coincidir con él allí, en la presentación, donde dibujó un perfil de su tío abuelo desde la perspectiva más íntima, «hablando de su vida con rumor fugitivo»[1] fue poseer una acreditación de testigos únicos del momento.

Fig. 2: De izquierda a derecha: Antonio Roa, organizador del V ENCUENTRO, Antonio Sánchez Molina, sobrino nieto de Ricardo Molina y Esteban Morales, alcalde de Puente Genil. Cedida por: Antonio Sánchez Molina.

Aprovecho, ahora, para compartir mi entrevista con él.

¿Qué magnitud tiene que en este V ENCUENTRO DE POESÍA, MÚSICA Y PLÁSTICA se homenajee a su tío abuelo, Ricardo Molina?

Todos los homenajes son bienvenidos y, en el marco de este año tan especial en el que se celebra el centenario de su nacimiento, es el momento ideal, más aun viniendo de un colectivo de aficionados de la poesía como la Asociación Cultural Poética, lo hace aun más interesante. He asistido a algunos homenajes a mi tío abuelo, desde el que se le hizo en 2007 en Córdoba hasta el organizado en febrero por el ayuntamiento de Puente Genil. Quizá de carácter más académico, así como el que su instituto, el Séneca, le brindó a primeros de año, también muy emotivo por la presencia de profesores y alumnos del lugar donde pasó sus últimos años de docencia. Pero este encuentro lo ha tenido todo… poesía, aspectos académicos, música, baile, cine, exposición… y emoción a raudales. No tengo más que palabras de agradecimiento para todos vosotros, porque se nota que habéis puesto el alma para que todo saliera como ha salido finalmente. Y en especial, agradecimiento infinito a Antonio Roa, por su contagioso entusiasmo sin el cual estoy seguro de que nada de esto hubiera sido posible.

 ¿Considera necesaria la reivindicación de la figura de Ricardo Molina como poeta y flamencólogo en su pueblo natal?

Por supuesto. Aunque me dé vergüenza admitirlo, ya que hice la carrera de Medicina en Córdoba, yo no conocía Puente Genil hasta que fui invitado en febrero por el Ayuntamiento al I Centenario Natalicio, y me llamó poderosamente la atención la cantidad de menciones a mi tío abuelo en su pueblo… una calle, una plaza, un parking, una asociación de vecinos, la plaza Cántico con su árbol, y por supuesto, la biblioteca municipal. No se puede decir que no sea profeta en su tierra. Así que, ¿cómo no va a ser necesaria la reivindicación del poeta Ricardo Molina y del flamencólogo Molina en la tierra del insigne Fosforito? La muerte prematura de tito Lito (que es como le conocíamos en nuestra familia) hace necesarios actos y homenajes para difundir más su obra y hacer «justicia literaria». Espero que éste sea el inicio de una nueva etapa entre Puente Genil y Ricardo Molina. Lo corrobora el hecho de que el Ayuntamiento se haya interesado en la adquisición de su biblioteca personal. Pude visitar, de la mano del Concejal de Cultura, D. Pablo Alfaro, el lugar donde quedaría alojada en las instalaciones de la biblioteca, y no puede haber sitio mejor. Ricardo estaría muy orgulloso.

¿Qué criterio ha seguido para seleccionar los objetos personales para esta muestra expositiva «Ricardo Molina: objetos de la memoria»?

Me asesoré con Olga Rendón en los aspectos más literarios, haciendo ella la selección de las cartas y manuscritos. Los objetos personales los elegí yo mismo. En principio, fui un poco más restrictivo, pero a medida que iba catalogando iba aumentando el contenido, de tal manera que al final ha quedado la exposición más extensa que nunca se ha realizado. La selección de cartas y documentación relativa al flamenco me la recomendó Juan Domínguez Tocino, primo de mi mujer, que ha realizado un gran trabajo de catalogación, e incluso digitalización, de todo lo relativo a sus estudios flamencológicos. Aprovecho la ocasión para agradecerles públicamente su desinteresada ayuda. De todas maneras, lo expuesto es un botón de muestra del extenso archivo personal de Ricardo Molina porque era una persona que lo guardaba todo.

Haciendo un recorrido por la obra de Ricardo Molina, ¿cuál es su poemario favorito?

Sin duda, las Elegías de Sandua. Aunque soy más de ciencias que de letras, y nunca he sido un gran lector de poesía, he de confesar que cada vez que las leo, me enganchan más y más.

En su opinión, ¿qué elementos poseía la obra de Ricardo Molina para seguir en la memoria a pesar del «olvido»?

Una pregunta difícil de responder para mí, profano en la materia, pero cuando he escuchado a eruditos de la literatura y a poetas y lo comparan y ponen a la altura de grandes de la literatura como San Juan de la Cruz o Bécquer, creo que ahí tienes la respuesta. Escuchar estas comparaciones dan un poco de vértigo, y engrandecen la sombra de la injusticia literaria que cierne sobre vuestro ilustre paisano.

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Dos poemas por Gema Albornoz


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Gema Albornoz es la autora destacada del mes en Salto al reverso. Pueden ver sus obras para nuestro blog dando clic aquí.

Compartimos con ustedes dos de las obras de su blog emocionesencadenadas.com.

Un segundo cualquiera

Un atardecer cualquiera,
en mi campiña del alma,
entre redondeadas lomas,
se tumba el sol, a sus anchas.

~~~~

Un instante cualquiera,
se vuelve todo naranja,
el rey tiñe a sus soldados, olivos,
del color que le viene en gana.

~~~~

Un observador cualquiera,
desde el cerro de Poley,
es testigo de esa lucha, que
por un segundo, gana el rey.

~~

Un segundo cualquiera,
y al otro, se va.


Expulsa el reconcomio

Cuando la angustia te atrapa
se extiende por todo tu pecho,
se anuda, de nudo en nudo
se van cortando los vientos.

~~~~

Miras a todos lados
intentando buscar aliento,
ese que te ahoga,
poco a poco,
a fuego lento.
Va hirviéndote la sangre,
abotonándote el cerebro.

~~~~

Hasta que escupes para fuera
eso que piensas y no dices
eso que dices y no piensas.
Palabras que brotan como agua,
en las fuentes,
a veces, clara, a veces, parda.

~~~~

Respira y mira al cielo.
Mira al cielo, mira el guiño
ese que te está haciendo.
Sólo por una sonrisa…tu vida:
¡Ay, sigue viviendo!
¡Debes seguir sonriendo!


Segundo autor destacado

Felicitamos a Donovan Rocester (donovanrocester.com) por haber sido elegido el segundo autor destacado del mes de Salto al reverso.

Nuestro autor fue elegido mediante votación pública (valor 50%) y mediante el voto unánime del consejo editorial (valor 50%):

Autor destacado 2

Para elegirlo, consideramos la calidad de sus obras, así como su labor activa y su compromiso con Salto al reverso. Actualmente, se encarga de varias tareas indispensables para la continuidad del proyecto como la coedición del blog, la administración la cuenta de Facebook y la maquetación de la próxima antología.

Durante todo abril, él recibirá un espacio destacado en el blog saltoalreverso.com y promocionaremos su perfil y fragmentos de sus obras en las redes sociales.