El círculo de la crisis de la patata


Aunque primero fue el grito,
no tardó en aparecer la dureza
con que oscureces mis palabras
al dejarlas a tu suerte.
Cuando tras sostenerlas y arrastrarlas
me las devuelves en frío
y tan deformes
con ese tono tuyo tan gris.

Y aquí sigo a solas con ellas,
bajo tu mirada más corta
y tu silencio
que conduce a un abismo
que se extiende como una llaga
desde la mañana a la madrugada,
y apenas contiene más
que el cansancio
acumulado en mi pecho
que necesito sacudirme
como un pez con esa piel mía
tan gris.

Y desearé de nuevo
que reserves espacio suficiente
para tanto desencanto
amontonado en tus ojos,
que amenaza siempre
con desbordarse.

No tengo ningún miedo, torero


ElviraMartos

Pintura inspirada en el poema dedicado a Pedro Lemebel de Poetas Nuevos.

Me gustan los poetas bocazas, justos, valientes, impertinentes y LIBRES. Me gustan los eternos.

Los que se empeñan obstinadamente en no morir y resucitan cada vez que se releen sus versos malditos. Aquí, en Japón o en Chile.

 

Gracias, Poetas Nuevos

https://saltoalreverso.com/2018/08/06/poema-a-tengo-miedo-torero/

El grito


edvard-munch-the-scream
«El grito», por Edvard Munch (1893). Fuente: Wikimedia.

Mi silencio es como un grito,
cosas dice a quien lo escucha;
pues tan cruel es esta lucha.
¡Mucho hablar yo necesito!

Horas pasan y retumba
como un eco en el silencio.
¿Al callarme me potencio,
o es la pena que me zumba?

Mucho duele lo no dicho
allá dentro de quien calla.
¡Dar por tierra la muralla
y sacar así al gualicho!