
Hace pocos días, encontré a una pequeña hipopótama disléxica, que usaba bombín y se presentaba como «La minihipotálamo Muequita». A mí me hizo mucha gracia su presentación porque, aparte de estar lejos de ser una hipotálamo, no comprendí si su nombre de pila era realmente «Muequita» o si ella lo había cambiado también.
Quizá es una minihipopótamo llamada Muñequita. No lo sé.
Lo que sí sé es que ese día llovía y su bombín poco la cubría. Lloraba y lloraba y sus lágrimas se mezclaban con la lluvia; sus palabras, con los truenos y los dos nos espantamos.
Cogí un filtro usado y lo amasé. Lo hice bolita y lo acomodé de tal forma que, al ojo ingenuo, una carpa de circo parecía.
Muequita o Muñequita no volvió a sufrir frío esa noche, pero continuó revolviendo las palabras.
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