Un invento de los sueños


Vuelve a ocurrir.
El temblor se apodera
de las paredes de la habitación.
Vuelve a ocurrir.
Como aquel día
que dejaste tu ropa sobre la cama.
Mientras pasaban las horas
crecían mi anhelo
y aquellas prendas de algodón.
Iban ganando grosor por minutos,
como ya soñó Buñuel. Vuelve a ocurrir.
Y aunque nunca cargue con estas paredes
o estas paredes carguen con tu nombre. Siempre queda
un resquicio de ti en mis sueños. Te reconozco
como un invento que no llego a advertir bien en ellos.