
Conocer el mar,
descubrir su imperio,
es decir, su ascendiente,
su dominio entero.
Oír el rugido
apaciguador
o amenazante.
Percibir el vasto azul
insondable.
Sentir el frío en el calor,
el encanto hipnotizador.
Conocer el mar,
descubrir lo inmenso,
lo vivo, lo antiguo,
lo eterno.
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