Nunca es de sabios entrar donde no te vayan a dejar salir libremente. Esta premisa aplica en todos los aspectos de la vida profesional y personal. En especial, en las relaciones amorosas, la garantía de la libertad no es negociable.
Permanecer al lado de alguien por temor, o aún peor por lástima es devastador. Ser libre física y mental es una decisión diaria. La libertad está en la naturaleza del ser humano, aunque en ocasiones la sociedad y la cultura tienden a dibujar cadenas donde el Creador, en su origen, pintó nuestras alas.
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