Las palabras se esconden en la sombra,
las abraza el miedo
joven e ingenuo
amamantadas por la teta de la angustia,
el hambre del día,
el frío de la noche
Habla
mente silenciada.
Levanta la cabeza de la penumbra,
asómate al borde del horizonte,
parcializa tu eclipse,
la ceguera de la ignorancia.
El sabor de la empatía,
bordeado en tus pequeñas manos,
brillando en tus ojos,
cayendo con tus cálidas lágrimas,
que nos ha unido a esta cadena
dentro del lazo de la compasión,
de una verdad que duele,
una realidad odiada.
Una mano desinteresada
te abraza, te acompaña.
Reposa en el calor de la mañana,
la brisa de paz te sacia
Son dos almas conectadas,
un solo corazón.

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