dicen los soldados
que han perdido un brazo o una pierna
que todavía pasados muchos años
les duele
les pica
incluso sienten cómo se mueven
sus dedos
o los rayos del sol
en la piel
hasta hay veces que notan
cómo se posa alguna mosca molesta
en ese yo ausente
así, de esta manera, es cierto
que pueden vivir
sin él o sin ella
pero también es cierto
que no hay día, hora, minuto que no se acuerden
de ellos
—aunque sea de una manera inconsciente—
siempre
imagino que a esta altura de poema
ya sabrás
que no te estoy hablando de soldados