Descalza


Imagen: Ava Sol

Cuando sobra la piel,

no hay caricia que se ajuste a un alma rota.

Atada por el yugo entre mis pies

lloraban mis sueños, para morir después.

Donde ayer se apagaron las estrellas,

hoy me bordan las flores de tus labios.

Vuelo ligera, como nube arropada por el viento,

entre tus brazos.

Camino descalza, siguiendo el ritmo agitado de tu cuerpo.

Me visto de ti, enredada entre tu pelo alborotado.

Sacio tu sed, habitando el espacio sagrado donde bailo…

Las predicciones de mamá


Si hubiera estado mejor informado le habría dado la razón, sin lugar a dudas. Es solo que la tempestad le cayó de sorpresa, pues cuando despertó había un sol casi cegador que se colaba por su ventana. Así que se calzó las sandalias de verano y se vistió con las prendas más ligeras que tenía para ir a la playa con sus amigos. Su madre le había advertido que en algún momento del día seguramente sentiría frío, pero él no le dio tanta importancia. Su organismo estaba más que adiestrado para esos cambios bruscos de temperatura tan habituales en aquella región que lo vio nacer. Además, siempre que hace caso a su madre, debe volver con la chaqueta en la mano y con el paraguas seco.

Una vez en la calle observó que el termómetro marcaba 28 grados.

—¡Madre mía, qué calorazo! —se quejó antes de montarse en la bicicleta.

Unos kilómetros adelante, la luz a través de sus gafas de sol disminuyó. Cuando miró al cielo detectó una nube, pero no de esas nubes de ensueño que parecen algodones. Todo lo contrario.

—¡De dónde salió eso! —Apenas le dio tiempo de llegar a casa de su amigo Antonio cuando empezó a «chispear».

—Ya pasará —se dijeron mutuamente para intentar convencerse de que aquello era momentáneo.

Efectivamente, la ligera lluvia cesó casi de inmediato y se dirigieron a la playa donde los estaba esperando el resto de la cuadrilla. Era como si hubiera un microclima en una parte de la ciudad pues, conforme avanzaban en las bicicletas, el cielo aparecía despejado y soleado nuevamente.

Lo que ninguno de ellos sabía es que ese día estaba anunciada otra ciclogénesis explosiva. Un fenómeno meteorológico casi ciclónico y difícil de predecir, donde una masa de aire frío choca con una masa de aire caliente procedente del sur, y ¡cataplum!

Así que el día de playa duró poco menos de dos horas, antes de que todo el mundo tuviera que huir para resguardarse del frío súbito, el viento y la fuerte tormenta que se avecinaba. Todos, incluyéndolo a él. Si hubiera hecho caso a su madre…

Mayté

Nube de algodon


Nube de algodón.

Infinita sustancia, que reúne los estados de la materia y elementos del mundo, te resguardas en la inaccesible forma, que solo la elevada mirada de un soñador descifra en el cielo intransitable para el hombre sin máquina y sin sueño; mas tú heredera de los aventureros de España, navegas gitana y liviana… por las corrientes del aire infronterizo. Nube siempre nómada, de campo y urbe,  quien creería que en tu vagar por los paisajes dados a tu destino la mar te duplicarías en el reflejo de mi pedrusca mirada.