La luz del alba


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Poema y dibujo de Juan Machín

 

La luz del alba

te halla en mi cama:

me envidia.

Parece


Parece irónico cambiar de remitente
cuando las letras sin suerte
caminan solas, sin que nadie las cuente.
 
Parece ilógico que aún te recuerde
cuando las migajas de mi mente
se han ido poco a poco con la corriente.
 
Parece absurdo que se engañen
si alardeaban conocerme
pero es más fácil juzgar y entrometerse.
 
Parece cínico que despierte
la polémica ilusión de creerme inerte
que de premios y halagos construí mi puente.
 
Parece ambigua la razón
si las verdades son muchas
todo depende de cuanto se esmere la prisión.
 
Parece insipiente creerse anuente
y aceptar las ofensas con precio de muerte
desahogo abrupto, raíces de un corazón corrupto.
 
Parece, todo parece
pero nada es lo que esclarece
y todo lo que parece, no es más que una burla que ennoblece.

Preludio


Una y mil veces
entre vida y sueño
migra el suspiro
del ahogado.
Tal es su torpeza
en su miedo
que torna en dicha
su sabotaje.

No sabes cómo me fascina…


No sabes cómo me fascina
traspapelar mis manos en tu rostro,
en tus mejillas,
en tus labios,
en tu boca.

La contextura frágil,
sigilosa y descarada de tu bella faz,
de tu cuello exquisito.

Recorrer mis manos en tu cuerpo,
de los pies a la cabeza
y confirmar que sí, mujer,
eres la que yo busqué,
con las manías requeridas
para encantarme,
amarte
y
abrumarme.

Anoche


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Poema y dibujo de Juan Machín

 

Anoche, cielo,

un sol al amanecer

fueron tus senos.

 

Debería


 

Estoy frente a una taza de café,

y tú, frente al mar,

al costado de la sangre de tu sangre,

y solo puedo recordar el gesto de tus labios,

estoy frente al teclado,

sin saber que podría ordenar palabras,

y cambiarles el significado

solo para decirte

que he llegado demasiado tarde,

que me encantaría pasar el rastro de mis días contigo,

y que pasaran muchos años

para darme cuenta que debería dejar de pensar así,

que bebería dejar de pensar en ti.

De pellejo extremadamente fino


Algunas bocas,
al pronunciar nombres,
inician las primeras olas de invierno,
al otro lado de la emoción.
Se hace burbuja, entonces,
de pellejo extremadamente fino.
Se congela con cada visita
de esas miradas al pasado
que tardan tan sólo unos minutos.
Sin llegar a romperla
—breaking bad.
Es lo suficientemente fuerte.
Es lo suficientemente grande.
Está lo suficientemente llena
con un llanto garzo y salado.
Está lo suficientemente llena
de amor.