Al verte desnuda,
esbelta,
fría y pálida
me enloqueces.
Es increíble que al tocarte
con mi flama,
enciendas tu piel
y vibres.
Esquivas mis ojos
cuando me deleito
con tu figura.
No entiendo por qué
tus hirvientes lágrimas
se escurren a toda prisa
moldeando tu vientre.
Sé que esperaste con paciencia,
derrites tu carnosa virginidad
ante mi virilidad implacable.
No quiero que este momento se acabe,
que desaparezcas como las otras,
estoy harto de tantas mujeres-velas,
prefiero interrumpir por hoy esta venganza.
Es mejor apagarte
y me dures al menos otro día.
Debe estar conectado para enviar un comentario.