Soy un chopo a la orilla de un arroyo perdido.
Voy dejando mis hojas sobre espejos acuáticos
y en silencio me dejo llevar por la corriente.
Descanso entre las piedras, sonrío en los declives,
disfruto tropezando con los musgos del río
y mi amarillo otoño disfruta con los verdes;
así, quedo dormida, bajo el arco del puente.
Despierto en el remanso, transito por los bordes
y juego a ser un barco donde el sueño navega
por el agua estancada…, donde cantan los pájaros.
Allí paso unos días contemplando el paisaje.
Me fascinan las fuentes que voy dejando al paso
manantiales que fluyen del fondo de la tierra
y regalan al río su dulce dimanar.
Alguna mariposa transita por la orilla
voy despacio y deprisa por todas las corrientes
y recuerdo mi chopo que ya no tiene abrigo.
Más tarde, un movimiento me atrapa en su burbuja
y me voy alejando con dirección al mar.
Etiqueta: río
Espeto
Alguien lanzó un arpón en el río. En ese preciso momento, yo me encontraba nadando por allí, de manera que una sardina y yo, quedamos ensartados en el acto. Aprovechando la ocasión para hacer amistades nuevas, yo estaba muy parlanchín, ella en cambio, estaba demasiado inquieta. No dejaba de darme coletazos en la barriga, aunque después se tranquilizó. Que quede claro que en ningún momento lo tomé como una señal de flirteo. Simplemente, no sabía cómo ayudarla. Los psicólogos afirman que, en situaciones de estrés, es importante sentarse a reflexionar, antes de perder los estribos. Pero no lo teníamos fácil para sentarnos. A decir verdad, yo no quería sentarme, es más, no quería separarme de su lado. Para mí, ella era la sardina más encantadora de mundo. Admito que fue amor a primera vista. Literalmente, como dicen ustedes, fue un flechazo el que nos unió para siempre en un delicioso espeto.
Imagina que soy otro
Imagina que soy otro
que espera su turno como
el perro su comida;
que se desdobla
y sube araña para miraros
hacer el amor. Y llamas por teléfono mientras
hablando con tu madre y entonces
y entonces imagina. Imagina que
yo soy él
que te posee
mientras observa
y nos toca. Un extraño un violador
un asesino que me mata. El objeto
del cajón. El vecino del cuarto
y el ascensor parado.
Aquel que te rozó en el metro.
Imagina
que no soy yo. No.
Y me deseas como antes.
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