Cierre del blog Salto al reverso


Autores y lectores de Salto al reverso:

En marzo de 2012 se publicó la primera entrada en este blog colectivo Salto al reverso (saltoalreverso.com). En aquel año convocamos a artistas y escritores a unirse a este proyecto literario que hoy, tras casi 11 años, llega a su fin. Este blog colectivo está ahora cerrado para nuevas entradas.

Tras la publicación de más de 3 mil entradas de poesía, relato, fotografía, pintura e ilustración a lo largo de este tiempo, ha llegado el momento de concluir esta iniciativa. Son varias las razones que nos llevan a tomar esta decisión difícil pero necesaria. Los autores actuales del blog recibirán un correo con más información sobre el cierre del blog.

Agradecemos a las decenas de autores que fueron parte de este blog a través del tiempo, aportando sus obras para este sitio, así como para nuestras revistas y antologías. Su valioso arte quedará registrado en nuestras publicaciones y en la memoria de los lectores que nos han acompañado a través de este largo trayecto. Les agradecemos por su constancia y sus comentarios en este blog. Desde su inicio en WordPress, el sitio recibió más de 110 mil visitas y más de 10 mil comentarios, así como más de 80 mil ‘Me gusta’.

También apreciamos profundamente el trabajo de los colaboradores que aportaron su tiempo y conocimientos a lo largo de los años que operó este blog y también su dedicación a la coedición de las publicaciones. ¡Muchas gracias!

La Antología III de Salto al reverso con el tema «Agua» lamentablemente no será publicada. Una disculpa a todos aquellos que aportaron sus obras para esta recopilación. Si requieren más información al respecto, pueden contactarnos.

La rama editorial del proyecto seguirá operando. Los invitamos a visitar el sitio de la Editorial Salto al reverso en editorialsaltoalreverso.com para descubrir las obras que hemos publicado.

Este sitio quedará abierto para mostrar las revistas y antologías que publicamos a lo largo de los años y para redireccionar al sitio de la editorial. Invitamos a nuestros autores actuales a hacer un respaldo de las entradas que publicaron en el sitio en las próximas semanas.

De nuevo, les expreso mi agradecimiento más profundo por todos estos años de compañía en el arte y la literatura en Salto al reverso.

Carla Paola Reyes (Crissanta)

«Los colores de la vida: Vámonos pa’l norte» – Catalina Sánchez Sánchez


«Los colores de la vida: Vámonos pa’l norte» – Catalina Sánchez Sánchez

A través de esta autobiografía, Catalina Sánchez Sánchez, una migrante oaxaqueña afincada en California, logra transmitir las peripecias que implica buscar el sueño americano al otro lado de la frontera. A través de palabras sencillas y honestas, la autora nos relata su vida, partiendo de las memorias de su infancia en los pueblos de Oaxaca Santa María Coyotepec y Santa Cruz Papalutla. ¿Qué tienen de especial esas tierras? La autora lo describe a partir de lo más cotidiano: la comida, el oficio de su padre, los juegos infantiles, los paisajes, las fiestas y tradiciones. 

Catalina no reniega en ningún momento de su origen, tampoco de las vicisitudes por las que tuvo que atravesar, ni de los obstáculos que fue sorteando en su travesía hacia el norte y, posteriormente, en Estados Unidos, el país que la acogió. Por el contrario, se muestra agradecida por los aprendizajes, la familia formada y con la vida misma, que, aunque por momentos se torne oscura, está llena de colores que reconfortan.

«Los colores de la vida: Vámonos pa’l norte» nos invita a pensar la existencia como una aventura que se compone de gozos, sinsabores y vaivenes. Leer a Catalina es acompañarla en sus pérdidas, es conmovernos con sus despedidas y triunfos. En las palabras sinceras que se tejen en este relato encontramos pasajes que nos sorprenden y que incluso nos mantienen en suspenso, acompañados por coloridas fotografías que ilustran cada paso de la historia.

SOBRE MÍ

Continuando con el hilo autobiográfico, la autora se define a sí misma como sigue:

Nací en un pueblo pequeño del estado de Oaxaca, Santa María Coyotepec, lugar donde disfruté cosas maravillosas de mi niñez y mi juventud. Por cuestiones del destino decidí cruzar la frontera sin documentos, sin pensar en los retos que tendría que pasar.

La vida me regaló dos hijos maravillosos que me llenaron de felicidad; también hubo días grises y otros color rosa, días nublados y algunos muy brillosos.

Decidí escribir este pequeño libro por admiración a mis paisanos que lograron sus sueños sin importar su estancia legal, y por la emoción que sentí al ver que nuestros hijos se iban graduando de la universidad, valorando el esfuerzo que pasamos para llegar a este país.

 Era un sueño que tanto deseábamos; eso dio más color a lo vivido, por eso nació Los colores de la vida: Vámonos pa’l norte.

Ilustración de portada
Kathy Ivonne Nolasco Sánchez

Diseño de colección
Carlos Papaqui

Corrección ortotipográfica y de estilo
Inés M. Michel

Edición de imágenes
Carlos Quijano

Materiales promocionales
Mayté Guzmán

Edición
Carla Paola Reyes

Editorial
Salto al reverso

Primera edición impresa y electrónica (2022)

EDICIÓN IMPRESA

139.7 x 215.9 mm (5.5 x 8.5 in)
122 páginas
Interiores a color

Amazon
(Tapa dura)
ISBN: 979-8358800397

Amazon
(Tapa blanda)
ISBN: 979-8358791930

Bibliomanager
(Tapa blanda)
ISBN: 979-8-9872249-0-8

Disponible en:

Amazon.com

Amazon.com.mx

Amazon.es

EDICIÓN DIGITAL

Apple Books

A la venta en librerías:

España / Spain

Argentina / Argentina

Brasil / Brazil

Colombia / Colombia

Perú / Peru

Uruguay / Uruguay

Estados Unidos / USA

Comparte esta página como: bit.ly/coloresvida

Link directo a Amazon: mybook.to/coloresvida

«Las virtudes de Tito – Carlota Roa»


«Las virtudes de Tito» – Carlota Roa

Reconocido mundialmente como «el mejor amigo del ser humano», el perro se ha consolidado con el paso del tiempo como un compañero fiel, noble y amoroso, el cual, en este libro, es celebrado y exaltado por Carlota Roa, a través de su inseparable Tito, que es considerado como un miembro más de la familia, ya que cuenta con la fuerza necesaria para producir cambios sustanciales en quienes lo rodean y el desinterés absoluto para llegar a ser un claro ejemplo de vida.

Gracias a ese vínculo tan poderoso que se ha formado entre Tito, Carlota y el resto de su familia, en estas páginas encontramos una serie de destacadas virtudes que probablemente hemos ido relegando y dejando en el olvido ante el ritmo tan vertiginoso con el que vivimos los humanos; por lo tanto, el esfuerzo de la autora por compartirnos la vida de Tito puede ayudarnos a volver a estar en contacto con ellas.


Recognized worldwide as «the best friend of the human being,» the dog has established over time as a faithful, noble and loving companion, which, in this book, is celebrated and praised by Carlota Roa, through her inseparable Tito, who is considered as one more member of the family, since he has the necessary strength to produce substantial changes in those around him, and the absolute selflessness to become a clear example of life.

Thanks to that powerful bond that has been formed between Tito, Carlota and the rest of their family, in these pages we find a series of prominent virtues that we may have been relegating and leaving in oblivion because of the vertiginous pace in which we live as humans; therefore, the author’s effort to share Tito’s life with us can help us get back in touch with them.


SOBRE LA AUTORA / ABOUT THE AUTHOR

Carlota Roa, autora de Canciones y rimas para aprender español.

Carlota Roa nació en la década de 1960, en la era dorada de la Ciudad de México.

Es una artista visual, escritora y profesora de español desde hace varios años. Criada en la capital, Roa desarrolló su arte a través de la lente de sus paletas de colores, diversificando la urbanidad siempre con un toque encantador.

Buscando una revolución creativa y espiritual dentro de sí misma, Roa emigró a California a finales de la década de 1980. Se instaló en el Área de la Bahía, racialmente polarizada, experimentando de primera mano la fricción y simbiosis simultáneas de la coexistencia de latinos y blancos. Roa ha mantenido una exitosa carrera como profesora de español y ha enseñado en algunas de las escuelas más prestigiosas del Área de la Bahía.

Carlota Roa es una profesora, poeta publicada y previamente fotógrafa profesional.

Ahora, Roa busca comunicar su comprensión profunda e idiosincrásica de la cultura mexicoamericana a través de la prosa, talleres educacionales y fotografía, en celebración de una vida ricamente vivida, para inspirar a otros a trascender las barreras sociales en el espíritu de la cohesión humanitaria.

Su vida actual está centrada en la lectura y escritura de cuentos infantiles, canciones y poesías.


Carlota Roa was born in Mexico City in the 1960s; she is a long-time visual artist, writer and Spanish teacher.

Raised in the capital, Roa developed her artistry through the lens of its fractalized color palettes of enchanting urbanity. Seeking a creative and spiritual revolution within herself, Roa emigrated to California in the late 1980’s and settled in the racially polarized Bay Area, experiencing first-hand the simultaneous friction and symbiosis of Latino and White coexistence.

Roa went on to a successful career as a Spanish teacher, and has taught for some of the most prestigious schools in the Bay Area. Her endeavors include being a published poet and a professional photographer.

Now, Roa seeks to communicate her profound and idiosyncratic understanding of Mexican-American culture through prose, seminars and photography, in celebration of a life richly lived, as well as to inspire others to transcend social barriers in the spirit of humanitarian cohesion.


Portada / Cover
Carlota Roa

Imágenes / Images
Carlota Roa

Poemas / Poems
Carlota Roa y Genaro Meza-Roa

Traducciones / Translations
Genaro Meza-Roa y Kristina Baykshtite

Diseño de título / Title design
Genaro Meza Roa / Carlota Roa

Coedición / Coediting
Luis Arturo Solís Palacios

Materiales promocionales / Promotional materials
Mayté Guzmán

Edición / Editing
Carla Paola Reyes

Editorial
Salto al reverso

Primera edición impresa / First print version (2023)

ISBN

ISBN- 13 (978-1737452645)

(Amazon)

(Amazon)

EDICIÓN IMPRESA / PRINT EDITION

Disponible en / Available in:

Amazon.com

Amazon.com.mx

Amazon.es

Más libros de la autora

Comparte esta página como: bit.ly/virtudestito

Link directo a Amazon: mybook.to/virtudestito

La leyenda


Voy a contarte una leyenda medieval, de la cual se han creado incluso oberturas y ballets en la música clásica, en el París del siglo XIX. Es la leyenda de Jaufré Rudel, príncipe de Blaye y trovador de Aquitania, que cantaba en sus melodías y poemas la legendaria belleza de Mélissinde, princesa de Oriente y condesa de Trípoli en Tierra Santa, de quien estaba prendado, pero a quien no conoce, porque nunca han hablado, él está en la corte de Aquitania y ella a miles de kilómetros al sur en Tierra Santa. Ha realizado por ella, una obra de maravillosas canciones y singulares libros de poemas, conocidos en las cortes de entonces, en el norte de Europa, son libros inspirados por ella, a la que solo ha visto en imágenes a través de cuadros que le llegan en galeras de comerciantes genoveses y venecianos que cruzan el Mediterráneo, y de la que ha recibido cartas que él contesta acompañadas de algunos de sus poemas. Ella, la princesa, no conoce nada de él, pero se ha convertido en toda una musa que recorre con sus versos los salones de Europa. Esto la llena de dicha e imagina a su poeta de una manera que solo a ella la fascina. En un momento dado, Jaufré Rudel presiente cerca el final de sus días y, acompañado por su fiel amigo Bertrand d’Allarmanon, chevalier y trovador de Provenza, que también compone poemas, organiza un viaje hasta Tierra Santa para que su amigo pueda ver a su musa, en un itinerario lleno de peligros y obstáculos que le hace llegar a Trípoli ya sin fuerzas, moribundo por multitud de combates con los infieles. Jaufré, exhala su último suspiro a los pies de la princesa, pero su capa le cubre completamente. Mélissinde le pide a su amigo que no levante la capa, jamás lo ha visto ni sabe cómo es, pero ha leído sus poemas que, durante mucho tiempo, le han producido el mayor de los placeres al sentirse musa y mitigado sus penas de princesa objeto de pactos políticos en las conquistas de Tierra Santa. Desea imaginárselo perfecto, lo cual la produce el mayor de los bienes en un momento que debe decidir aliarse con Jerusalén para salvar las reliquias del Señor. Por eso guardará en su recuerdo al perfecto trovador que tantos buenos ratos le daba al llegar sus obras hasta su palacio.

—¿Y nunca le vio y él solo la conoció a través de frases y pinturas que le llegaban desde Oriente?

—Así fue sin duda.

Aquella relación era perfecta para los dos, y de gran placer, incluso dentro de cada una de sus vidas reales. Un mundo paralelo donde cada uno encontró un ideal donde curar algunos de sus miedos. Porque la princesa había sufrido ya siendo niña, dentro de la poderosa familia que conquistó aquellas tierras. Fue dada al tío de su padre, y sufrió por aquel maligno hombre siendo una niña, cuyos recuerdos la atormentaban, y que el Trovador de Aquitania cuando lo supo decidió sacarlos de su mente. Ella consiguió domeñar aquella pena que la ocurrió de niña, y volvió a tener alegría en sus días de palacio. Eso la lleno de dicha hacía su poeta, y estaba dispuesto a darle todo lo que le pidiera. En su mente él era el caballero perfecto con su armadura.

Fotografía cedida por @poeta_eva

¡Descuentos en eBooks de Editorial Salto al reverso!


-25 y -50% durante diciembre

Adquiere nuestros libros electrónicos con descuentos en Smashwords, Amazon Kindle y Mercado Libre durante diciembre. Da clic en cada libro para comprar.

Compra en Smashwords

Compra en Amazon Kindle

Compra en Mercado Libre

Libros sobre el Día de Muertos

Comparte esta página como: bit.ly/saltoebooks

La Cariátide


Era finales de julio, el sol hacía brillar en ese mes mi cabeza, y las de otros compañeros de aquel viaje, con el pelo tan corto que las asemejaba al granito. Nos habíamos refugiado en una terraza de la parte vieja de la ciudad, al lado de una casa blasonada a la sombra.

La voz de mi compañero, baja y penetrante, consigue impregnar un recuerdo de ese verano. Pronunciaba perfectamente cada sílaba, porque sentía que me iba a contar la aventura de su vida. Después de un sorbo de té, deshila su aventura…

…Pensaba que nada podría sorprenderme en aquel viaje, que nada podría ya ver que mereciese la pena, una vez recorrido el norte del continente con sus ciudades antiguas, catedrales y palacios de cuento y llegado al sur de Europa. Venecia había sido la penúltima etapa. ¡Qué ciudad! Cuantas cosas evoca. Es la urbe que concentra todo la elegancia de otros siglos refinados. No vi nunca mejor juego de luces que en el interior de San Marcos, ni rayos cegadores colándose por ventanales que puedan igualarse al medio día en esa basílica.

Recordando esos destellos dentro de la basílica de la ciudad que una vez dominó todo el mar Adriático y llevo sus leones por todo el Mediterráneo oriental, las oraciones que sonaban en sus altares, me pareció escucharlos la primera vez la vi a ella, en el tren más miserable en que halla yo viajado, un tren maltrecho que nos trasladó por la costa de la entonces Yugoslavia. Al pasar con mis bultos por su vagón, se encontraba pegada a la ventana junto a los viejos cortinones que adornaban esos trenes. Al detenernos unos minutos en un lugar llamado Larisa pasé de nuevo junto a ella, pero no me atrevía nada más que a mirarla, muy fugazmente, pero lo suficiente para que la recordase al día siguiente desde una ventana de mi habitación. Observaba como desayunaba en el hotel de enfrente. Bajé con el propósito de mirarla más de cerca, igual que un pintor hubiera bajado con un caballete para hacerla un retrato. El perfil serio, adulador con los movimientos que hacía sobre la mesa. Con aire de mujer completa y a la vez perdida en otro país.

Al ser los únicos extranjeros en el lugar, fue fácil entablar una conversación. Ni siquiera hubo presentaciones para esperar a oír su voz.

Recuerdo aquellas extraña frases. «¿Sabes lo que en estos lugares se esconde?».»No». La respondí con una entonación sorprendida. «La belleza y la felicidad a unos cánones». Intenté pensar, pero se levantó y comenzamos a caminar. Al llegar al borde de la muralla que en línea recta dominando la ciudad entera, se despegó de mi lado. Andaba muy cerca del borde con su porte de primigenia griega. No sabría decirte por qué de repente me recordó a las mujeres descritas por los griegos, pero mientras el sol cincelaba su vestido negro, esponjándoselo como el mármol, y el aire la acunaba lentamente, creía estar oyendo algún arpa ancestral, una melodía que anunciaba desde las murallas de la ciudad hacía las colinas lejanas que una flota de héroes griegos llegaba desde este. Me es difícil explicártelo, oía en aquel preciso momento, acompañándola a la forma de caminar, un arpa que insinuaba una danza que bailaría alguna célebre antepasada suya en un templo.

Un poco pensando en eso, le regalé al día siguiente una caja de música que compré a un albanés en un puesto en la calle. Esa misma tarde montamos de nuevo en el tren y después de un noche sin parar nos hospedamos en una fonda del puerto del Pireo. Fue entonces cuando hice la pregunta: «¿Quién eres?». «Cambiaría mucho las cosas si te contestase». Me respondió. «Depende de la respuesta». La dije. «Nadie está contento con las respuestas que no espera. Tampoco a veces con las respuestas de siempre, dudamos de lo que queremos. Las respuestas nunca nos dejan del todo satisfechos sólo matan partes de nuestra curiosidad.»

Mi compañero hizo una pausa del relato de aquel viaje para tomar la taza, empezaba a tenerle envidia por haber visto tantas cosas, y haber tenido aventuras en la tierra de Ulises. Reanudó el relato pero lo hizo en un tono más trágico.

Por la mañana no esperaba encontrarme con aquella sorpresa. Al despertarme no encontré a nadie junto a mí. sus cosas estaban allí ordenadas, bajé corriendo con un extraño presentimiento en mi interior. Las pesadillas deben ser la antítesis de una parte de nuestra felicidad, sobre todo de los que están enamorados y no lo saben aún. La vi sentada en una mesa mientras leía. Llevaba un nuevo vestido, también negro, podía vérsela resplandecer desde el final del mismo paseo. Tenía la sensación de acercarme a una mesa iluminada por un foco, donde una maga de dedos largos y blancos estuviera leyendo exquisitos saberes. Me senté a su lado. Desde allí se abarcaba todo el puerto del Pireo. No me dijo nada, yo tampoco.

Las explicaciones a su comportamiento llegaron el último día que la vi, sentados en una playa, yo junto a esa enigmática griega de ojos claros y melena morena, y la nariz apuntando fijamente al mar. Interesada en los impulsos de las olas, desplegando esbeltas amalgamas. Acusando tal vez, duelos y daños como un jarrón de la dinastía Ming curado con hilos de oro. Condensando en el significado interior de su mirada lo que alguien guarda en un estuche durante cien años.

«Las cariátides esperan. Miran al horizonte en esos momentos únicos. Pero esperamos solas en otra época»

Fotografía cedida por: Twitter @poeta_Eva

Una hoja de chopo lleva el agua


Agua. Fotografía por Julie Sopetrán

Soy un chopo a la orilla de un arroyo perdido.
Voy dejando mis hojas sobre espejos acuáticos
y en silencio me dejo llevar por la corriente.
Descanso entre las piedras, sonrío en los declives,
disfruto tropezando con los musgos del río
y mi amarillo otoño disfruta con los verdes;
así, quedo dormida, bajo el arco del puente.
Despierto en el remanso, transito por los bordes
y juego a ser un barco donde el sueño navega
por el agua estancada…, donde cantan los pájaros.
Allí paso unos días contemplando el paisaje.
Me fascinan las fuentes que voy dejando al paso
manantiales que fluyen del fondo de la tierra
y regalan al río su dulce dimanar.
Alguna mariposa transita por la orilla
voy despacio y deprisa por todas las corrientes
y recuerdo mi chopo que ya no tiene abrigo.
Más tarde, un movimiento me atrapa en su burbuja
y me voy alejando con dirección al mar.