
por Reynaldo R. Alegría
Cuando escuchaba su voz al otro lado del teléfono, bastaba que me preguntara cómo estaba vestida para saber que lo haríamos.
—¿Qué haces?
—Acostada en mi cama.
Le había dejado saber que los viernes tarde en la noche podía recibir su llamada. Eran las ocho, y en esta parte del campo donde vivo las ocho de la noche ya son muy tarde en la noche.
—¿Cómo estás vestida?
Era inevitable. Lo haríamos.
—Traigo un pantalón largo de pijama y una camisa liviana de manguillos.
—¿Vas a dormir temprano?
—Miraba la televisión.
—¿Y debajo de la ropa, qué llevas puesta?
—Ya sé por dónde vienes… deja eso que no puedo… y tengo poca carga en el celular…
—¡Dime!
—¡Me encanta tu voz!
—Gracias, pero no me evadas…
—Unas bragas rojas, muy rojas y pequeñas, muy pequeñas… y no llevo sostén.
A los hombres hay que decirles lo que quieren escuchar.
—¿Estás excitada?
La mejor estrategia cuando no puedes contestar una pregunta, particularmente si es muy tonta, es contestar con otra pregunta.
—¿Y tú que haces?
—Tú sabes…
Son tan predecibles los hombres y tan imaginativos.
—Imagino lo que haces. ¿Me puedo tocar?
A los hombres les encanta que le pidan permiso.
—Creí que ya lo hacías.
—Me gusta que me guíes, me gusta escucharte cuando la voz parece que se te quiebra y la entonación hace que se confundan las palabras. ¿O es que te pones tímido?
—¿En qué estás pensando?
—En ti…
—¡Qué bien!
Son tan simples los hombres… en ocasiones se complacen con tan poco… particularmente cuando tienen una erección y nada los calma hasta que se terminan…
—¿Qué estás sintiendo, Princesa?
Ante esa pregunta solo procede una cosa… bajar el tono de la voz, no hablar, gemir y gemir…
—¡Ufff!
Lo virtual requiere mucho más que condiciones, ganas y poca ropa, ante todo requiere imaginación, mucha imaginación; y palabras, buenas palabras, mejores palabras, deliciosas palabras.
—Mi amor, no quiero ser rompebolas y sacarte de esto tan rico, pero se me está agotando la batería del celular… sorry…
—Vente conmigo…
¡Click!
—¡Aló, aló! Upsi… se cayó la llamada…
¡Click!
Me encantan los hombres y me fascinan como a ellos los controles remotos, en especial los botones de pause y play.
Foto: Alessandra Ambrosio, Phone 600, tomada de http://www.cosmopolitan.com/sex-love/confessions/q-and-a/a810/phone-sex/
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