Continuación del poema «Mi sostenida: Fa».
Tan hermosas ellas
con sus curvas armoniosas,
con sus cuerpos vibrantes;
en su frecuencia marcada
y en sus vestidos la clave.
I
Las cuatro amigas unidas,
armoniosas y siempre acordes.
Con su voz iluminan mis adentros,
volviendo barro mi mente de hierro.
II
No importa el tiempo
ni de qué mundo vienes.
Ellas resuenan en tu mente
bailando la canción del momento.
III
Ellas te acarician y susurran.
¿O eres tú quien las doma
y conjuras pentagramas
para que bailen en tu sala?
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