Desajar maravillas


Toco mi cuerpo como esponja.

Pasan mis manos maculadas
limpiando piel en cada abrazo.

Cada abrazo es promesa fecunda,
de las que vale la pena cumplir
para efectuar el milagro.

Pasan mis dedos
sobre la fina capa de hielo
que cubre mis labios.

Labios que me aseguran
que no decir nada es golpear
la puerta tres veces.

Cuando el impulso escrito indica
hender ese túnel y encontrar
maravillas al otro lado.