Explota tu risa, transforma mi mundo. Respiras lo mismo, pienso profundo. Adopto tristeza, estar siempre lejos, invade con fuerza, asalta el deseo. Escondo el retrato, lloro al mirarte. Termina conmigo, prefiero callarme. Invoco tu cuerpo, escucha la luna, viene a dejarte escritos los versos. Comienzan con verbos, terminan sin nombre. ¿Esperas que calle? Puedo no hacerlo. Acabo el poema y lo borro. Apago el espejo: te pierdo y me muero.
«CALACAS: Jardín de cirios y ofrendas I» — Julie Sopetrán y Mary J. Andrade
En este tercer libro de la serie CALACAS, la autora española Julie Sopetrán nos entrega un poemario-ofrenda surgido de su experiencia, de sus vivencias al recorrer algunos cementerios de México, y nos ofrece testimonios ancestrales. Sus poemas son flores que brotan y se desprenden de las imágenes de la fotógrafa y periodista ecuatoriana-estadounidense Mary Andrade, acompañadas por ilustraciones de la artista española Mónica Pereiro, basadas en las creaciones de la artesana Lourdes Mesonero.
CALACAS: Jardín de cirios y ofrendas I. Poemas de la muerte en México recupera la esencia poética del Día de Muertos y de una larga tradición de culto a la muerte en este país y en el mundo. Julie Sopetrán aborda, mediante la sensibilidad de sus versos, las emociones que despierta la contemplación de la muerte, del duelo y de la celebración de la vida. En palabras de la propia autora: «Las flores, los cirios son los versos que canta el alma en soledad y ausencia, en compañía y presencia de nuestros seres queridos».
La puerta de la tumba la vislumbro entreabierta, que esta noche ya siento el canto de los pájaros a contraluz de cirios.
Serenidad de flores, luciérnagas sagradas, halo contemplativo, fluorescencia divina, reflexión confluente con el viejo sendero.
Julie Sopetrán
SOBRE LAS AUTORAS
Julie Sopetrán ha publicado varios libros de poesía, entre ellos Los dioses y el ánfora, Editorial Torremozas, Madrid, premio Carmen Conde de Poesía. Otro libro es El Tiempo Habitado, que fue premio Letras de Oro 1996, Universidad de Miami.
Mary J. Andrade ha investigado por más de 25 años el Día de los Muertos en México. Su trabajo ha sido publicado en siete libros bilingües que se enfocan en cómo sus familiares honran la memoria y el legado de los fallecidos en la Ciudad de México, Mixquic y en diferentes ciudades y poblaciones de los estados de Michoacán, Oaxaca, Morelos, Puebla, Tlaxcala, San Luis Potosí, Hidalgo y Yucatán.
En Editorial Salto al reverso hemos estado trabajando en el libro «CALACAS: Jardín de cirios y ofrendas I», de Julie Sopetrán, en el que la autora aborda, mediante la sensibilidad de sus versos, las emociones que despierta la contemplación de la muerte, del duelo y de la celebración de la vida.
Los invitamos a la presentación del libro vía Facebook Live el próximo sábado 24 de septiembrede 2022.
Presentación / Book Launch
Facebook Live: facebook.com/saltoalreverso
12 PM – Ciudad de México /10 AM – California / 7 PM – Madrid
1664020800
días
horas minutos segundos
hasta
Presentación de «CALACAS: Jardín de cirios y ofrendas I» – Julie Sopetrán / Mary J. Andrade
Tiempo atrás, el lirio blanco se balanceaba
entre las zarzas. En el Jardín de las Adelfas
entre nardos y azucenas, bailaban rosas,
claveles, celindas, pensamientos, narcisos
y cardos. Dos pasos errantes destrozaron
gran parte de sus ramas mas el lirio se
recompuso. Llenaba su pequeña corola de
agua, allí vendrían los gorriones a beber
llevándose las perlas de su cabeza entre
sus piquitos dorados. Sus maltratadas hojitas
no servían para lucirse, aunque taparan a las
hormigas de las lluvias más violentas. Las hormigas
agradecidas, regalaban a su tronco una lluvia de
cosquillitas de cerezas.Tiempo atrás, al lirio
blanco lo quisieron cortar para ponerlo en un
jarrón de cristal. Prefirió hacerse invisible
haciéndose una lamparita para todos los insectos
voladores y hormigas que ansiasen verlo brillar.
El halo de misterio e incertidumbre que envolvía al poeta hacía que de pronto su obra se tornase oscura. Dividida quizás en un antes y después del amor. De ese amor de metáforas, versos, rimas, ojos verdes o caprichosas golondrinas. De la eterna promesa de una perpetua poesía y la atmósfera sobrenatural de un monte donde dicen que hay una cruz que es propiedad del diablo.
El escritor acomoda sus folios mientras en la salitrosa pared del lúgubre y mísero cuartucho danzan sombras estiradas. Su alma alcanza un poco de paz después de escribir. Con mirada melancólica echa un último vistazo antes de apagar el cabo de la vela casi consumida, como su vida. Dormirá sabiendo que, contra todo, siempre habrá poesía.
Las palabras se esconden en la sombra,
las abraza el miedo
joven e ingenuo
amamantadas por la teta de la angustia,
el hambre del día,
el frío de la noche
Habla
mente silenciada.
Levanta la cabeza de la penumbra,
asómate al borde del horizonte,
parcializa tu eclipse,
la ceguera de la ignorancia.
El sabor de la empatía,
bordeado en tus pequeñas manos,
brillando en tus ojos,
cayendo con tus cálidas lágrimas,
que nos ha unido a esta cadena
dentro del lazo de la compasión,
de una verdad que duele,
una realidad odiada.
Una mano desinteresada
te abraza, te acompaña.
Reposa en el calor de la mañana,
la brisa de paz te sacia
Son dos almas conectadas,
un solo corazón.
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