Porque nací


vertigo

Porque nací con instinto suicida

tengo una constante voracidad de infinito

que me acerca a las estrellas

y a las vías del tren. Quizá, si fuera aviador,

no tendría que asomarme a las ventanas

en un intento infantil de arrimarme al horizonte.

No tendría que mirar al cielo

como ave con ala rota,

ni perseguir la sombra de los pájaros.

Abismado, solo intento sobrevivir

a este mundo interior que me aleja,

con eterno anhelo al mar

y una inolvidable melancolía por las montañas.

 

Allí, donde nacen…

Allí, madre, necesito ir.

 

(atardecer, lavanda, colibrí)

 

– Siento perder la vida que me diste

buscando.